(OroyFinanzas.com) – Las guerras de divisas están de vuelta, aunque esta vez el objetivo es robar la inflación, no el crecimiento. El ministro de Finanzas de Brasil, Guido Mantega, popularizó el término “guerra de divisas” en 2010 para describir las políticas empleadas en su momento por los principales bancos centrales para aumentar la competitividad de sus economías devaluando sus monedas. Ahora, muchos ven tipos de cambio más bajos como una forma de evitar la deflación paralizante. El débil crecimiento de los precios ahoga las economías de la región de la zona euro, Israel y Japón. Ocho de las diez monedas con las mayores caídas previstas hasta el año 2015 son de naciones que se encuentran en deflación o que aplicaban políticas que debilitan sus tipos de cambio, según datos compilados por Bloomberg.
“Esta política de empobrecer al vecino no se trata de reequilibrio, ni de crecimiento”, dijo David Bloom, el jefe global de estrategia de divisas de HSBC Holdings Plc, que opera en 74 países y territorios. “Se trata de deflación, exportando sus problemas deflacionarios a otro país.” Bloom lo pone en estos términos, ya que, cuando una jurisdicción debilita su tipo de cambio, otro se hace más fuerte, por lo que los productos importados son más baratos. La deflación es, por tanto, una consecuencia, y contribuye a la desaceleración de la económica mundial, que está empujando a la zona euro más cerca de la recesión y la reducción de la demanda de las exportaciones de países como China y Nueva Zelanda.
Los pesos pesados de la guera de la divisas
El gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, aseguró el mes pasado que favorece un menor tipo de cambio para ayudar a cumplir su meta de inflación y que puede extender el programa de estímulos sin precedentes de la nación para lograr eso. Al igual que su homólogo japonés, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha reconocido la necesidad de un euro más débil para evitar la deflación y hacer más competitivas las exportaciones, aunque ha negado la orientación del tipo de cambio en particular.
Después de que el peso argentino, se hundía tras un impago de la deuda y una devaluación, el yen será el mayor perdedor entre las principales monedas a finales del 2015, según Bloomberg. Se espera que el Euro esté entre los diez mayores perdedores, los analistas prevén unas caídas del 4,8 por ciento.
En la zona Euro, la inflación anual en el bloque de 18 naciones sigue siendo una fracción de la meta de poco menos del 2 por ciento del BCE. Las presiones deflacionarias en la zona Euro están comenzando a extenderse a los países vecinos y principales socios comerciales. Las monedas de Suiza, Hungría, Dinamarca, la República Checa y Suecia se prevé que caerán desde un 3,8 por ciento a más del 6 por ciento, para finales del próximo año, según Bloomberg. “La deflación se está extendiendo a Europa central y oriental”, afirmó Simon Quijano-Evans, el jefe londinense de investigación de mercados emergentes del Commerzbank AG por teléfono. “Tipos de cambio más débiles ayudarán” a hacer frente a la cuestión, dijo.
LFE
Fuente: Bloomberg [1]
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