(OroyFinanzas.com) – En nuestros dos últimos artículos sobre micropagos con Bitcoin hemos analizado por qué Bitcoin podría ser una tecnología que facilite los micropagos [1] y cómo los micropagos con Bitcoin podrían arreglar el problema de la monetización de los contenidos online [2]. En este artículo estudiaremos cómo la posibilidad de los micropagos en entornos digitales se lleva buscando desde hace décadas y la importancia de facilitar los micropagos para la democracia y el futuro de los medios de comunicación de calidad.
Con la irrupción de Internet, uno de los aspectos que cambiaron para siempre fueron los medios de comunicación. Y ahora, ¿pueden los micropagos Bitcoin volver a cambiar los medios de comunicación online como los conocemos en la actualidad?
Walter Isaacson, ex editor jefe de Time Magazine y autor del libro titulado originalmente en inglés: “The Innovators: How a Group of Hackers, Geniuses, and Geeks Created the Digital Revolution” publicaba en 2009 en la revista americana el siguiente titular: Se convoca a todos para salvar el periodismo.
En el texto del reportaje detallaba que “la clave para atraer ingresos online, creo que es llegar a un método fácil de micropagos como iTunes. Necesitamos algo como monedas digitales o un monedero digital E-ZPass – un sistema de un solo clic, con una muy sencilla interfaz que permitirá las compras por impulso de un periódico, revista, artículo, blog o vídeo por un centavo, cinco, diez o lo que sea que el creador decida cobrar.”
Esta idea no era técnicamente posible en aquel entonces. Sin embargo, hoy en día, gracias a Bitcoin, que cuentan con servicios como ChangeTip, BitWall, BitPay, Xapo y Coinbase, los micropagos pueden convertirse en una realidad. Los micropagos con Bitcoin son fáciles de realizar, la interfaz del software es muy sencilla de usar y la tarifa por transacción es mínima.
Mientras trabajaba en la presentación de su nuevo libro Los Innovadores, Walter descubrió que la mayoría de los pioneros de la web creían en permitir los micropagos. A mediados de la década de 1960, Ted Nelson acuñó el término hipertexto y la visión de una web con enlaces bidireccionales, lo que requeriría la aprobación de la persona a cuya página se estaba vinculado. Si este sistema hubiera visto la luz, habría sido posible para los escritores de contenido obtener pagos pequeños por su trabajo, proporcionando a periodismo y los blogs una perspectiva de desarrollo completamente diferente. Pero Internet se convirtió en una lugar donde los agregadores ganan más dinero que los productores de contenidos únicos.
Un ingeniero informático inglés Tim Berners-Lee, creador de los protocolos de la web a principios de 1990, consideró la posibilidad de incluir alguna forma de gestión y los pagos de los derechos. Sin embargo, se dio cuenta de que este tipo de opciones habría requerido la coordinación central y hacía difícil que la web se expandiera rápidamente. Por eso dejó de lado esta idea.
En 1994, cuando Internet estaba en ascenso, Walter Isaacson fue el editor de nuevos medios para Time Inc. Este medio fue pagado por los servicios en línea de acceso telefónico, como AOL y Compuserve, para suministrar contenido, mercado de sus servicios, y moderar sus tablones de anuncios. Cuando Internet se convirtió en una alternativa viable a los servicios en línea de propiedad, Time Inc. decidió expandirse y hacerse con el control de sus suscriptores. Inicialmente tenían previsto cobrar una pequeña cuota o suscripción, pero ante la novedad de Internet, las agencias de publicidad vieron su gran potencial e hicieron cola para poner sus anuncios en los banner de Time Inc y motivar así la gratuidad de los contenidos con el fin de obtener una audiencia más amplia. Como resultado, la compañía decidió no cobrar, mantener el contenido libre, pero construir audiencias para los anunciantes. Lo que parece una simple despiste de la evolución tecnológica tiene profundas implicaciones en la evolución de la calidad de la democracia. Si los intereses de los creadores están alineados con sus anunciantes en vez de estar alineados con sus lectores ¿qué impacto cree Usted que tendrá esto en la calidad de los medios de comunicación y la democracia? De la misma forma que hemos aprendido que no existen servicios de Internet gratuitos tampoco existen contenidos gratuitos.
Ese tipo de modelo de negocio no resultó ser tan racional o sostenible. En lugar de promover la idea de un contenido de calidad digno de ser pagado, a los consumidores se les enseñaba a creer que el contenido debía ser libre. Y ha llevado dos décadas revertir esta tendencia nociva.
A finales de 1990, Berners-Lee trató de implementar nuevos protocolos de Internet que podría incrustar en una página la información necesaria para procesar un pago pequeño. Eso permitiría a los bancos o los empresarios crear monederos electrónicos y el uso de servicios de pago electrónico. La idea nunca se puso en práctica, en parte debido a las regulaciones bancarias complejas. En 2013 Berners-Lee revivió el esfuerzo y escribió: “Estamos analizando los protocolos de micropagos de nuevo. La capacidad de pagar por un buen artículo o canción podría apoyar más a la gente que escribe cosas o hacen música.”
Los micropagos con Bitcoin van ganando terreno en Internet. Quizás sea la fórmula que se necesitaba para instaurar este sistema de pagos ínfimos que tanto han dado que hablar en los últimos años. A modo de curiosidad, cabe destacar que precisamente en diciembre de este año, Time Inc, en una alianza con el procesador de pagos Bitcoin Coinbase, ha comenzado a incluir la posibilidad de pago con Bitcoin a sus suscriptores de algunas de sus publicaciones. Quizás éste sea el primer paso para la entrada por la puerta grande de la criptomoneda [3] en una nueva forma de entender el consumo de contenido en Internet.
EPL
Fuente: Time [4]
Serie de artículos sobre micropagos de OroyFinanzas.com
¿Por qué Bitcoin puede ser la solución para los micropagos? (1) [1]
Micropagos con Bitcoin y sus posibilidades de uso en contenidos online (2) [2]
Micropagos Bitcoin para salvar el periodismo y la democracia (3) [5]
Futurismo de los micropagos Bitcoin: el Internet de las Cosas (IoT) (5) [7]
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