El uso de Bitcoin en las ONGs

Bandera Europa y monedas euro

(OroyFinanzas.com) – Las posibilidades que otorga la adopción de las conocidas como criptomonedas, por parte de organizaciones no gubernamentales (ONG), son tantas como las propias asociaciones puedan imaginar. Y probablemente más. Las monedas digitales abren una nueva puerta a la mejora de los sistemas de financiación para llevar a buen puerto los proyectos sociales existentes y, por qué no, financiar nuevos. De todas estas, la principal y más conocida ha demostrado con éxito sus propiedades y utilidades en su corta historia de vida. Está ahí, al alcance de todos. Y se llama bitcoin.

No pretende este artículo describir qué es bitcoin o cómo funciona la cadena de bloques – no es nuestro propósito- sino su aplicación práctica como forma de canalizar donaciones. El carácter singular de estas asociaciones, sin ánimo de lucro, no solo evita los actuales problemas asociados al bitcoin –en cuanto a la volatilidad sobre todo- sino que encaja perfectamente con el espíritu propio de estas entidades. Y además añade un plus más allá del económico del que hablaremos un poco más adelante.

Lo primero a tener en cuenta es que, como es un código abierto, no supone ningún coste o gasto añadido a la organización. Es gratuito. Y en apenas unos minutos la ONG puede incorporarse al mundo bitcoin y mostrar una dirección QR para recibir donaciones. Por las características del protocolo de bitcoin, y a diferencia de los actuales sistemas bancarios, se pueden recibir pagos –o realizarlos- las 24 horas del día, 7 días a la semana. Es decir, no hay horarios porque la red descentralizada funciona sin interrupción. Pero tampoco hay comisiones asociadas a las transferencias bancarias actuales. Sólo las propias del sistema bitcoin que son cuasi gratuitas. A lo largo de un ejercicio, el ahorro de estas cantidades, sobre todo si la organización tiene vocación internacional, puede resultar notable. Y eso es posible porque bitcoin es universal y no entiende de fronteras. Como las matemáticas.

Pero además, con bitcoin se pueden realizar micro donaciones directamente, decenas de céntimo de euro, por ejemplo. Este hecho tan natural en las personas, que favorece los comportamientos altruistas, es una imposibilidad manifiesta con el sistema bancario actual. O al menos no resulta rentable ni en tiempo, dinero o empeño. Y otras dos cosas también importantes a destacar; la irreversibilidad de las transacciones y la posibilidad de preservar el pseudo-anonimato por parte del donante. ¡Y todo esto desde un ordenador, a intempestivas horas de la noche en nuestra casa, o desde un teléfono móvil en cualquier sitio con cobertura a internet!

Siendo todas estas ventajas evidentes, ¿por qué no se está expandiendo su uso entre las ONG´s? Pues en gran parte por desconocimiento y en menor medida por el miedo a lo desconocido y el temor a utilizar “algo” que las instituciones todavía no saben tampoco muy bien qué es. Esas mismas instituciones que subvencionan a estas mismas organizaciones con euros y no con bitcoins. Sin embargo, y volviendo al carácter particular de estas entidades, ¿cuál es la diferencia real de aceptar donaciones en material de oficina, o en euros o en bitcoins? Pues en realidad ninguna. Sólo hay que romper esa primera barrera mental que nos imponemos en el uso de las nuevas tecnologías.

Los profesionales y empresas que aceptan bicoins como pago a sus servicios crecen día a día. Así que los bitcoins recibidos en donación bien podrían cambiarse por ese trabajo de profesionales en beneficio de los fines asociativos. O cambiar los bitcoins recibidos por euros, en función de las necesidades organizativas. Ya existen empresas serias y consolidadas que realizan de inmediato esta función. Es decir, una ONG podría aceptar donaciones en bitcoins y no llegar a poseer uno solo porque de forma automática solicitan la conversión en la moneda de curso legal. Entonces, ¿dónde está el problema? Pues en realidad en ningún sitio. Todo son ventajas desde el punto de vista de una ONG.

Save the children, Greenpeace, United Way –la mayor asociación caritativa en EEUU- o la Cruz Roja (EEUU) ya aceptan donaciones bitcoin y son enormes estructuras asociativas. Y el número de nuevos adeptos crece día a día, en todos los países. A pesar del primer pensamiento de los responsables de ONG´s más modestas en estructura, que no en fines, la adopción de bitcoin aporta un plus de profesionalidad y buena gestión. Los dirigentes velan por el buen hacer y la viabilidad de sus asociaciones y adoptar este sistema, con todas las ventajas señaladas arriba, no solo refuerza estos propósitos sino que, como digo, añade una buena imagen asociada al uso de las nuevas tecnologías. Siempre resulta gratificante que tu ONG´s favorita se muestre pionera en el uso de las novedades y las incorpore en beneficio de todos.

Y por último, y para no hacer más extenso el artículo finalizaré con otro añadido muy interesante y que mencionaba comienzo del texto. Uno que está asociado indisolublemente al propio protocolo de bitcoin por ser público. La transparencia. Al ser pública la dirección para recibir bitcoins, cualquier persona podría monotorizar esa dirección y ver el número de donantes –no las identidades-, la suma total percibida o el destino final de lo recaudado, si procede. Por eso, aunque sólo fuera por el temor a que una mala gestión podría ser puesta en evidencia, la utilización de bitcoin favorecerá las buenas prácticas y la moderación y prudencia en el manejo de los recursos. El donante puede,  con todo el derecho del mundo, realizar este seguimiento y la asociación debe, en beneficio de todos, propiciar esta transparencia. Con la adopción de bitcoin, adoptas estas herramientas. Y así, una vez más, se vuelve a reforzar la imagen de la entidad y su compromiso con la buena gestión. Lo dicho, todo son ventajas, tanto en lo económico como en la imagen para una ONG.

por Iñigo Molero. Periodista ligado al mundo de las ONG´s

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