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Efectos divertidos de los bajos o negativos tipos de interés en Europa

(OroyFinanzas.com) – Los bonos emitidos por los gobiernos europeos, con tipos de interés mínimos o incluso negativos, originan nuevas situaciones para todos los actores implicados; prestamistas, prestatarios, ahorradores, gobiernos de la zona euro y otras economías fuera del euro. Una situación sin precedentes que habrá que ver cómo se desarrolla y que nos ha dado una serie de situaciones anecdóticas que podrían ser dramáticas si se mantienen los tipos de interés negativos.

Al principio, Eva Christiansen apenas dio importancia al número de teléfono que mostraba su móvil. Era de su banco, para comunicar a esta empresaria de 36 años de edad, que se le había concedido un préstamo para su pequeña empresa. Su emocionada reacción le llevó a gritar, bailar y hacerse fotos con un amigo para inmortalizar el momento.

“Creo que estaba tan feliz con la concesión del préstamo, que no escuché todo lo que dijo”, recordó.

Entre lo que no logró escuchar estaba el dato del tipo de interés del préstamo, que era menos de cero, un  -0.0172% . Así que junto a las cuotas que se compromete a pagar, también hay otras que el banco tendrá que abonar dado el interés negativo del préstamo. No es mucho, sólo un poco más de 1 dólar al mes, pero esto es nuevo.

Son tiempos extraños para los prestatarios europeos, como si un agujero de gusano se hubiera abierto a un universo paralelo donde quedan en suspenso las reglas habituales que giran en torno a la gravedad financiera. Los inversores prestaron a Alemania casi 4.000 millones de dólares la semana pasada sabiendo, de antemano, que no serían devueltos en su totalidad. Bonos recientemente emitidos por el fabricante de dulces suizo Nestlé han sido negociados en el mercado por valor superior a lo que la propia compañía nunca podrá valer.

Tales situaciones anómalas reflejan el panorama oscuro de la economía europea. Los reguladores hacen todo lo posible para reactivar el crecimiento económico, incluso ofrecer tipos de interés por debajo de cero y así fomentar el endeudamiento (y gasto). En este entorno tan peculiar, las rutinarias tareas bancarias se han convertido en una curiosidad.

Préstamos e hipotecas con tipos de interés negativos

Los préstamos e hipotecas con tipos de interés negativos siguen siendo francamente escasos, y la Sra Christiansen aparece como uno de los pocos que han recibido uno. Mientras, los bancos reflexionan sobre cómo actuar. Al mismo tiempo, otros ciudadanos daneses son señalados por guardar su dinero en sus cuentas bancarias. Estos episodios financieros tienen lugar a lo largo de toda Europa.

Para dar vida a la economía y avivar la inflación [1] en nuestro continente, los políticos han recurrido recientemente a una medida drástica adoptada con anterioridad por otros bancos centrales. El Banco Central Europeo (ECB), que dicta la política monetaria de la zona euro, ha anunciado un plan que implica la impresión de dinero (QE) [2] para comprar cientos de miles de millones de euros en bonos emitidos por los gobiernos.

La mera anticipación de este programa derrumbó los precios de los bonos e hizo caer al euro en valor. Otros países que no utilizan esta divisa se vieron obligadas a adoptar contramedidas defensivas para poder mantener el valor de sus monedas, alentar los préstamos e impulsar el crecimiento.

Suiza, por ejemplo, se deshizo de la paridad de su moneda con el euro [3]-sacudiendo los mercados- y bajó las tipos de interés por debajo de cero [4]. El banco central de Dinamarca ha reducido los tipos cuatro veces en un mes [5], hasta el actual -0,75 %. Suecia adoptó idéntica medida a principios de este mes [6].

Los cambios más profundos se están produciendo en el mercado de bonos en Europa, que se ha convertido en algo así como mercado de caridad, al menos para ciertos prestatarios. El ejemplo más reciente lo obtuvimos el miércoles, cuando Alemania emitió casi 4 mil millones de dólares en bonos a cinco años, con una tasa de interés negativa. Es decir, los inversionistas aceptan que, transcurrido este tiempo, se les pague menos dinero del que prestaron.

Suiza, los Países Bajos, Francia, Bélgica, Finlandia e incluso la problemática Italia han emitido bonos con rendimientos negativos. En este momento, aproximadamente 1,75 billones de dólares en bonos emitidos por los países de la eurozona se están negociando con rendimientos negativos, lo que equivale -según un análisis realizado por ABN Amro- a más de un cuarto del total de los bonos gubernamentales emitidos.

Una razón por la que los inversores están dispuestos a tolerar este tipo de rendimientos negativos es la relativa seguridad que estos bonos ofrecen en momentos de incertidumbre económica. Además, los operadores esperan que los precios de los bonos mantendrán esta tendencia.

Incluso algunos bonos corporativos que, en general se consideran de menor solvencia a los bonos de los estados, están cayendo en el territorio de los tipos negativos, incluyendo los emitido por Nestlé o por la compañía farmacéutica suiza Novartis, por ejemplo. Aunque inicialmente no tienen rendimientos negativos, los inversores hacer subir sus precios una vez emitidos.

“Lo que está ocurriendo es un fenómeno que, obviamente sucede una vez en la vida y en la historia”, apunta Heather L. Loomis, director gerente de JPMorgan Private Bank y especialista en bonos, “y es difícil encontrarle sentido”.

Puede ser especialmente difícil entenderlo para personas que no son banqueros. La Sra Christiansen es terapeuta sexual y obtuvo su préstamo para financiar un sitio web llamado Loveshack, concebido para formar parejas, fuera de las redes sociales conocidas. No fue consciente de las novedades que tenía su préstamo hasta que un portavoz del banco le informó al respecto de un modo peculiar. “Eva, se han puesto en contacto con nosotros de TV 2′ -un gran cadena de televisión danesa- porque les gustaría hablar con usted a causa de este préstamo”. A lo que, que contestó “OK, si que es importante”.

La Sra Christiansen, tenía una ligera idea general de lo que estaba haciendo el banco central danés, pero desconocía los detalles y, desde luego, no había prestado mucha atención a estas políticas. Hasta verse en la  tesitura de estar delante de una cámara para conversar sobre su préstamo.

“Cuando la televisión se puso en contacto conmigo, yo estaba como, OK, pero necesito saber qué contestar”, añade riendo, en el transcurso de esta entrevista en su oficina.

“Así que llamé a mi asesor del banco y le pregunté si podíamos tener una reunión porque yo no estoy muy familiarizada con todos estos términos financieros”, continúa. “Si tengo que hablar de esto, me gustaría saber algo al respecto”.

Otros daneses se enfrentan a las novedades desde la posición opuesta.

El mes pasado, Ida Mottelson, una estudiante de 27 años, recibió un correo electrónico de su banco, anunciándole que iba a empezar a cobrarle por mantener su dinero en el banco.

“Al principio pensé que había lo entendido mal, pero no”, confiesa.

La Sra Mottelson está estudiando un master en ciencias de la salud, y vive en Odense, una ciudad a unos 100 kilómetros al oeste de Copenhague. A pesar de haber seguido las noticias relacionadas sobre el tipo de interés negativo y el banco central danés [7], tuvo que llamar a su propio banco para asegurarse de que estaba interpretando el correo electrónico correctamente.

“Ingenuamente pregunté, ¿Puede explicarme esto?” Y en el transcurso de la conversación “me dio la sensación de que se me animaba a coger y mover mi dinero y así evitaba el problema”.

Así que planea sacar su dinero y depositarlo en otro banco. Y hay indicios de que estas prácticas se están extendiendo a los Estados Unidos. Esta semana, JPMorgan Chase anunció que comenzaría a cobrar a algunos clientes institucionales por mantener su dinero, debido a una combinación de nuevas regulaciones y tipos de interés bajos.

Los economistas están reflexionado sobre algunas de las cosas extrañas que podrían ocurrir si los tipos de interés se mantienen negativos durante mucho tiempo.

Las empresas y personas pueden empezar a acumular dinero en efectivo fuera de los bancos ordinarios si los bancos empiezan a cobrar [8], efectivamente, sumas sustanciales por mantener los depósitos. Los grandes ahorradores, por ejemplo, pueden optar por poner su dinero en instituciones especiales que actúen como poco más que de almacén de su dinero.

“Hay un determinado tipo de interés negativo a partir del cual, pasaría a ser rentable acumular dinero en efectivo”, confirma James McAndrews, economista del Banco de la Reserva Federal de Nueva York. En su opinión, los economistas han especulado que tal acaparamiento de efectivo podría comenzar a producirse una vez que las tipos de interés se sitúen alrededor de -0.5 %.

Para la mayoría de la gente que no esté muy versada en cuestiones financieras, todo este escenario puede parecer un poco extraño. “Yo no soy un experto”, dijo la Sra Mottelson”, pero me suena muy raro tener que pagar para tener dinero en el banco.”

Fuente: The New York Times [9]

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