(OroyFinanzas.com) – “No es una cuestión de si se incorporará o no. Es cuestión de cuándo se producirá esta incorporación”. De esta elocuente forma, la directora de FMI [1] ha respondido a la pregunta sobre el yuan chino y su introducción en la cesta de los Special Drawing Rights-SDR (Derechos Especiales de Giro) [2]del FMI. Aunque precisó que “todavía hay un montón de trabajo por hacer” como “todo el mundo sabe”.
El comentario de Lagarde, alimenta las especulaciones generales sobre la inevitabilidad de incluir al yuan –junto a dólares estadounidenses, yenes japoneses, libras esterlinas y euros europeos- en los SDR. Cada 5 años, el FMI mantiene reuniones con el objetivo de valorar la composición de la cesta y su representatividad en la economía [3] mundial. Y este año toca celebrarse una. Aunque el gobierno de Estados Unidos no parece muy dispuesto, ante el temor de que se pudiese dañar la posición hegemónica del dólar a nivel internacional.
El primer paso para esta incorporación sería dado en la reunión informal del FMI, prevista para el próximo mes de mayo. Después, la revisión formal y decisión última tendrá lugar en la reunión de otoño. Cualquier cambio aprobado entraría en vigor en enero de 2016, pero para ser llevado a efecto se precisa un visto bueno de una mayoría del 70 o 85% en el consejo del FMI.
El gobierno chino está presionando para internacionalizar el uso del yuan [3] para el comercio y la inversión, como parte de un objetivo estratégico, a largo plazo, de reducir la dependencia del dólar.
En su discurso, Lagarde, también señaló el mayor desafío que tiene la economía china: la denominada “trampa de ingresos medios”. Así se conoce al problema surgido -en un gran número de economías en desarrollo- cuando la inversión y el crecimiento se centra en las exportaciones. Si éstas se basan en la mano de obra barata para producir, la economía se resentirá cuando estas condiciones cambien. Sólo unos pocos países como Taiwán y Corea del Sur han realizado con éxito la transición del modelo en las últimas décadas. Por eso, Lagarde pidió que crecimiento de la economía en China esté basado en la calidad del crecimiento aunque sea más lento. Y lo ilustró con un ejemplo, “preparar una taza de té lentamente”, tiene como recompensa “un sabor más rico”.
El crecimiento económico de China alcanzó el 7,4% el año pasado, el más lento en 24 años. El FMI estima que el crecimiento seguirá produciéndose aunque de forma decreciente, y se estima en el 6,8% para el presente año. Un dato, ligeramente inferior al estimado por el gobierno chino, que lo sitúa en el 7%.
Fuente: Reuters [4]
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