(OroyFinanzas.com) – La Ruta de la Seda china (Silk Road Economic Belt), surge para fomentar la cooperación económica en la región, a través de fuertes inversiones en infraestructuras, y evitar el liderazgo, a largo plazo, de EE.UU. y otras potencias regionales.
China ha denominado su plan “One Belt, One Road,” (Un cinturón, Una ruta). El cinturón hace referencia a la Ruta de la Seda Marítima (Maritime Silk Road) [1] que conectará a la costa este de China con Europa pasando por el mar del sur de China y el Océano Indico. El cinturón hace referencia a los países limítrofes a China como Asia Central, Rusia y Europa bajo el nombre Ruta de la Seda (Silk Road Economic Belt).
A través de estos proyectos de desarrollo China resuelve dos problemas. Por una parte refuerza las relaciones con todas las regiones y potencias relevantes, fomentando el desarrollo económico. A través de la ruta de la seda (Silk Road Economic Belt, la ruta de la seda marítima (Maritime Silk Road) y el Banco Asiático de Infraestructura e Inversión (Asian Infrastructure Investment Bank – AIIB) [2], una inmensa infraestructura de carreteras, ferrocarriles, aeropuertos y puertos se va a construir. El objetivo es conectar a China con Rusia, África, Europa y Oceanía y fomentar el comercio. Y por otra parte, y consecuencia de esta inversión, reduce sus reservas de divisas en dólares que ha acumulado en el comercio con EE.UU [3].
El Silk Road Economic Belt se creó en septiembre 2013 por el presidente chino Xi Jinping durante su vista a Kazakstán. En un discurso en la universidad Nazarbayev, Xi propuso una colaboración entre China y Asia Central para reconstruir el Silk Road Economic Belt.
En marzo 2014 el premier ministro Li Keqiang pidió una aceleración del proyecto de la ruta de la seda y propuso desarrollar la ruta comercial de Bangladesh-China-India-Myanmar y China-Pakistán.
La ruta de la seda terrestre tiene como punto inicial el oeste del país y atravesándolo en su conjunto. El centro de la ruta de la seda será la capital de XinJiang (la provincia musulmana de China situada en el oeste). Desde Ürümqi habrá una conexión con Kazakstán, Kyrgyzstan, Uzbekistán y quizás Afganistán e incluso Irán. Desde Turquía llegará también a Rusia y Europa. En el continente europeo, por ejemplo, hay prevista una línea de ferrocarril de alta velocidad desde Bulgaria hasta la provincia de XinJiang en el oeste de China. La inversión estimada sería de 150.000 millones de dólares y se espera que esté funcionando para 2030.
China también prevé un proyecto de alta velocidad similar entre Moscu y Beijing -de 7.000 kilómetros de distancia- que costará en torno a los 230.000 millones de dólares y que reducirá el trayecto en tren, entre las dos capitales, de seis a dos días. Una tercera ruta, también de ferrocarril unirá a Laos, Tailandia, Malasia y Singapur con China, por un coste de 75.000 millones de dólares. El gobierno de China está negociando en la actualidad, con otros 28 países, nuevos proyectos de ferrocarril entre los cuales también están Brasil y los EE.UU.
Los otros proyectos de proyección económica de China como la Ruta de la Seda Marítima (Maritime Silk Road) [1] y el Banco Asiático de Infraestructura e Inversión (Asian Infrastructure Investment Bank – AIIB) [2] los explicaremos en otros artículos.
Fuente: People [4], Nikolaus Jilch [5]
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