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De-dolarización y sus lecciones para Grecia desde Argentina, Perú, Bolivia y Mexico

(OroyFinanzas.com) – La salida de una unión monetaria no es tan común como la salida de políticas monetarias de tipo de cambio fijo entre dos monedas fíat [1]. Hay algunos ejemplos en los cuales economías altamente dolarizadas intentaron abandonar su política de cambio fijo que se utilizan en este texto de Carmen M. Reinhart para valorar qué pasaría si una mayoría de los griegos decidieran votar que Grecia salga de la zona euro. ¿Qué consecuencias tendría esta decisión para Grecia? ¿Qué valor tendría esa nueva moneda griega que probablemente se llamaría Dracma? ¿Cómo afectaría a la economía griega? ¿Cuánto tardaría Grecia en recuperarse?

Desde 1982 ha habido 5 instancias que pueden servir de ejemplo de cómo esta decisión podría afectar a Grecia. La conclusión de Reinhart es que una salida de la zona euro llevaría a una situación extremadamente violenta y profunda durante un largo tiempo, sin aclarar si la situación actual es una opción mejor

¿Si Grecia saliera de la zona euro habría una conversión forzosa de los depósitos en Grecia?

La respuesta es que sí. En ese entorno se colapsaría la confianza en el sistema y habría un drámatico aumento de las deudas privadas y públicas. El sector privado haría un impago de su deuda y la mitad de los créditos del país no serían pagados y si se incluyen las tarjetas de crédito sería incluso mayor. Los ciudadanos dejarían de pagar impuestos y habría una acumulación de euros u otras monedas. El Banco Central de Grecia no podría de forma legal imprimir euros para servir los depósitos. En este entorno, una conversión de los depósitos en euros por dramcas sería inevitable.

Los 5 episodios desde 1982 que pueden servir como ejemplo son: Argentina en 2002, Argentina en 1989, Perú en 1985, Bolivia en 1982 y México en 1982. Todas estas economías estaban dolarizadas que bajo presión convirtieron de forma forzosa los depósitos en dólares a la moneda local.

¿Qué pasó? Para estas economía que ya estaban en modo de crisis, la conversión forzosa de los depósitos fue acompañada de fugas de capital, menor producción y una contracción severa de los servicios de intermediación financiera dómesticos .

Fugas de capitales

Las fugas de capitales en estos casos ya se producían normalmente antes de la conversión forzosa, pero siguieron durante y después de la conversión, en muchos casos con una velocidad mayor a pesar de los controles de capital [2]. Como norma general, las conversiones no creaban confianza en la estabilidad de la nueva moneda. En los mercados negros se negociaban con altas primas las monedas fuertes frente a la nueva moneda y cuanta más alta era la prima, más alta la expectativa de la depreciación esperada.

Los controles de capital en general se mantuvieron mucho más tiempo de lo que habían sugerido inicialmente las autoridades. En los 5 casos, por el mal funcionamiento de los controles de capital, las autoridades decidieron relajar sus conversiones forzosas a la moneda local. Lo mismo podría pasar en Grecia.

El caso de México en 1982 es especialmente instructivo. Después de que se realizará la de-dolarización, las fugas de capital  se duplicaron y los créditos de bancos al sector privado cayeron a la mitad en dos años. La inflación [3] siguió alta y el crecimiento económico fue pésimo durante años. En 4 de los 5 casos, el crecimiento se colapsó en el año de la conversión forzosa y de nuevo en el año siguiente.

En economías que se están desarrollando suele haber un aumento de la proporción de los depósitos frente al PIB, pero la combinación de fugas de capital, primas altas sobre monedas fuertes en comparación con la nueva moneda y las recesiones provocaba que el desarrollo financiero se revertiera para largos períodos.

En el caso de Argentina en 1989 y México en 1982, en los años antes de la conversión forzosa los depósitos en los bancos suponían un 20 a 30% del PIB. En los años de las conversiones caían radicalmente hasta un 5 – 8 % del PIB.

La pregunta para los ciudadanos griegos que lanzamos desde OroyFinanzas.com es saber si es mejor mantener esta situación de incertidumbre sin solución del golpe de estado de la Troika [4] o salirse de la zona euro. No hay respuestas fáciles a estas preguntas, pero si los comportamientos históricos de los ciudadanos europeos son un indicador, los ciudadanos y políticos intentarán ganar tiempo para no tener que salirse de la zona euro hasta que ya no quede ninguna otra opción.

Fuente: Bloomberg [5]

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