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De cuando las reservas de oro europeas eran una amenaza para EE.UU. en los 70

(OroyFinanzas.com) – La Comunidad Europea (CE) representaba la mayor amenaza para la hegemonía de los Estados Unidos en los años setenta. Las reservas de oro europeas, superiores a las estadounidenses, constituían un activo monetario crucial si se utilizaba adecuadamente. Y los EE.UU lo sabían. Hasta la década de 1970, el mundo monetario internacional se regía por los conocidos como acuerdos de Bretton Woods [1], en recuerdo de la pequeña localidad de New Hampshire (Estados Unidos) donde tuvieron lugar.

Allí, en junio de 1944, centenares de banqueros, diplomáticos, políticos y economistas estuvieron trabajando para cumplir con los objetivos propuestos de estabilidad internacional y planes de ayuda para la reconstrucción de los países azotados por la guerra. Sin embargo, las posturas no eran unánimes. El economista británico John Maynard Keynes defendía un sistema monetario mundial, basado en una unidad monetaria transnacional, el Bancor.

Por su parte, Harry Dexter White, Secretario Adjunto del Tesoro de los Estados Unidos, abogaba por un sistema de intercambio basado en el dólar pero vinculado al oro. De esta forma, todas las demás monedas nacionales podrían fijarse en dólares, dado que el dólar sería intercambiable por oro contante y sonante. La propuesta estadounidense fue la que finalmente se impuso y el dólar fue anclado al oro, al cambio de 35 dólares la onza. Desde entonces, todo el mundo comenzó a comerciar en dólares, desplazando definitivamente a la libra esterlina como moneda de referencia mundial [2] tras 130 años de hegemonía.

Este nuevo sistema monetario de dos niveles, creado por los magos monetarias estadounidenses, demostró no ser sostenible. Los bancos centrales extranjeros podían comprar oro al Tesoro de Estados Unidos por 35 dólares la onza y posteriormente vender el mismo oro, en el mercado libre, a un precio mayor. Si bien es cierto que los acuerdos ligaban a los Bancos Centrales y estos no podían interactuar en los mercados privados. De todas formas, debido a que el dólar estaba sobrevaluado -frente al oro-, los bancos centrales europeos intercambiaban miles de millones de dólares por miles de toneladas de oro, drenando así las reservas de oro de Estados Unidos.

Las reservas de oro de Estados Unidos y las retiradas europeas

En 1958 el Reino Unido intercambió 900 millones de dólares por 799 toneladas métricas de oro estadounidense. De enero a marzo de 1965, Francia retiró 428 toneladas de oro de los EE.UU. [3] y poco tiempo después otras 251 toneladas. En 1968, la bolsa de oro de Londres (London Gold Pool) se derrumbó y fue desmantelada tras sufrir masivas salidas de oro físico y ser incapaz de satisfacer a un mercado libre que manifestaba una sed insaciable de oro físico. El oro monetario mantenía un precio fijo que estaba muy por debajo de lo negociado en el mercado del oro. Así que el siguiente objetivo de los EE.UU. iría encaminado a eliminar el sistema de tipos de cambio fijo establecido entre el dólar y el oro. El 15 de agosto 1971 [4], el entonces presidente estadounidense, Richard Nixon suspendió temporalmente la convertibilidad de dólares [5] en oro y los EE.UU rompieron los acuerdos suscritos en Bretton Woods [6] porque, sencillamente, imprimían más dólares de los que podían respaldar con sus reservas de oro debido a la guerra en Vietnam.

El siguiente paso para los EE.UU. sería eliminar completamente cualquier vestigio de oro, dentro del sistema monetario internacional, y mantener el dólar como único referente monetario a nivel mundial. Una política que facilitaría a los EE.UU. una ventaja incuestionable frente al resto del mundo. El presidente francés Charles De Gaulle fue el más crítico de los líderes europeos [3], denunciando el comportamiento y la imprudencia acometida por los Estados Unidos.

Con el paso del tiempo vamos accediendo a información desclasificada [7]. Hoy podemos acceder a las notas que se intercambiaron Henry Kissinger, asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., con parte de su equipo, sobre la propuesta europea de volver a introducir el oro paulatinamente con un nuevo sistema de precios fijados por el libre mercado. Y a tenor de lo leído, la ruptura con Bretton Woods no tenía marcha atrás. Uno de los asesores de Kissinger manifestaba que “va en contra de nuestro interés tener oro dentro del sistema” y argumentaba que “la mayor parte de la reservas oficiales de oro mundiales se concentran en Europa, lo que les otorga una posición dominante” y por eso aconsejaba “alejarse de un sistema monetario” en el que los estadounidenses no tendrían el control. Por su parte, Kissinger se sinceraba con su asesor, “Yo, básicamente, sólo tengo una visión en este momento. Hay que hacer todo lo que podamos para evitar una posición europea unida” y a poder ser sin enseñar todas sus cartas.

Al final, este amago de batalla política-económica entre los EE.UU. y Europa no llegó a librarse abiertamente. La Comunidad Europea podría vender su oro en el mercado libre y los EE.UU., logró expulsar al metal del sistema monetario. Se inauguraba un nuevo sistema monetario con el dólar estadounidense como referente único y moneda de referencia mundial [2]. En el futuro, quizá una nueva moneda europea podría competir de igual a igual con el dólar, pero aún quedaban años para ser convertir ese deseo en una realidad.

Ese invento del futuro que se llama Euro quizás también tenga los días contados en esa gran lucha geopolítica de dominar el conteniente europeo y que se esta jugando en Europa del Este con Polonia y Ucrania como grandes protagonistas como en muchas otras ocasiones de la historia.

Fuente: BullionStar [8]

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