(OroyFinanzas.com) – Las cadenas de bloques (blockchains) [1] privadas están conquistando al sistema financiero establecido. El auge de publicaciones en medios generalistas sobre el tema, está en plena ebullición y es una prueba fehaciente de ello. Mientras, el ecosistema Bitcoin se está dividiendo a ambos lados de las cadenas: privadas (con permiso) y pública (como la de Bitcoin, sin permiso) [2]. En un interesante análisis titulado ‘Cadena de bloques y Bancos’ (‘Blockchain and Banks’) [3] y escrito por David Galbraith, diseñador y emprendedor en el ámbito de Internet, explica cómo el desarrollo de la tecnología de la cadena de bloques por parte de los bancos “estimulará una era de banca de Internet”, cuya evolución desembocará consecuentemente en una “Web del dinero” o incluso irá más allá y se convertirá en una “web transaccional universal para cualquier tipo de contrato” en la que las cadenas públicas como la de Bitcoin serán la columna vertebral.
“Las cadenas públicas, con su auténtica innovación, podrían desempeñar un papel en la promesa de que la blockchain no sea una nueva base de datos, sino un nuevo protocolo o una red construida sobre ese protocolo. Esto crearía no sólo una red del dinero, como la que ha creado Bitcoin, sino la web del dinero y que, posiblemente, irá más allá eso e incluso creará una “web transaccional” universal para cualquier tipo de contrato”, explica Galbraith en su análisis.
Por ello Galbraith argumenta que “la cadena pública estilo Bitcoin, aunque más lenta, pero más segura, podría convertirse en la columna vertebral de una Internet de las transacciones” a la que las cadenas privadas de grupos de empresas recurran en intervalos periódicos para registrar sus actualizaciones.
“Nadie sabe cómo se desarrollará, si habrá un montón de cadenas privadas, como intranets desconectadas entre sí, o habrá una web, una cadena pública que las gobierne a todas. Mientras tanto, lo que es más probable es que las ramas separadas de las cadenas públicas y privadas se unan más tarde si la columna vertebral evoluciona”, añade.
Interés de los bancos por la blockchain, consecuencia de la amenaza de Bitcoin
Galbraith asegura que, desde su punto de vista, el interés de los bancos por la tecnología blockchain es consecuencia de la amenaza de Bitcoin “que ha creado un mecanismo que posiblemente podría crear la disrupción de los bancos y proveedores de infraestructura bancaria existentes a través de una red financiera sin intermediarios o entidades de confianza”.
Las conexiones entre las bases de datos bancarias, tal y como las conocemos en la actualidad, son en su opinión “redes estandarizadas operadas por intermediarios” que crean un “consorcio de operaciones por los propios bancos”. Precisamente la existencia de estos consorcios, es lo que Galbraith entiende que ha impedido la evolución de los sistemas bancarios, ya que “no existía ningún incentivo para que un solo banco crease un sistema mejor fuera de dichos consorcios. Tendrían un estándar que no podría interoperar con el resto y, por lo tanto, que nadie usaría”, y por ello cree que es necesario “un sistema de innovación sincronizado que se adopte simultáneamente por múltiples partes”, en el que la tecnología de cadena de bloques supone, según él, “la solución más elegante”.
“Bitcoin teóricamente ha amenazado a ambos, ya que elimina a los intermediarios de confianza, a las terceras partes confiables y a las contrapartes a la vez, con un nuevo tipo de arquitectura de software para transacciones, compuesto por tecnologías existentes unidas de una forma verdaderamente novedosa”, argumenta. “Lo que Bitcoin ha hecho es proporcionar una amenaza percibida tanto al modelo de los consorcios, como a los bancos, que ha estimulado a éstos a romper filas y hacer uso de la arquitectura de la blockchain de Bitcoin para innovar”, añade.
La era de la banca de Internet con la blockchain como protagonista
Y precisamente esta amenaza ha motivado que, por primera vez, existan incentivos en la industria bancaria para continuar con el proceso de transformación digital “que empezó demasiado pronto”, según su opinión, y que, por lo tanto, está basada en un “mundo menos de red” y aún lejos de ser un “sistema bancario de la era de Internet, el cual consistiría en transacciones en tiempo real sincronizadas en libros de contabilidad duplicados”, y añade: “La era de Internet de la tecnología bancaria ha encontrado su sitio en el ecosistema en forma de cadenas de bloques (blockchains)”.
Aunque Galbraith apunta que “esto podría haberse logrado hace años, en los días de Napster”, pero según él, “al igual que muchas industrias reguladas, el ecosistema se había auto-configurado por lo que no existía el incentivo para promover esta innovación. Las cadenas de bloques han creado la conciencia de mercado y los incentivos para innovar, además de los medios tecnológicos para poder hacerlo”, añade.
Actualmente vemos como consecuencia la “inversión estratégica (por parte de los bancos) para buscar aplicaciones de la cadena de bloques”. Pero, según Galbraith, estas aplicaciones que están desarrollando “reemplazan a proveedores de infraestructura de banca con software que no necesita ser gestionado por una entidad separada (por ejemplo SWIFT [4]), y con costes inferiores, pero aún mantienen la necesidad de entidades de confianza (los propios bancos)”, puntualiza el autor.
La descentralización de Bitcoin será descartada, al menos por ahora
Galbraith descarta, por otra parte, que la descentralización de Bitcoin vaya a encontrar aceptación en el mundo financiero: “Probablemente no vaya a suceder a menos que haya un cambio fundamental en el funcionamiento de las sociedades, provocado por ellos. Quién sabe, tal vez esto podría suceder, pero no a corto plazo. Las razones de esto son que los sistemas descentralizados no pueden ser gobernados por nadie, por lo que terminan, o siendo comprometidos, o quedando fuera de la ley” y además añade que implican la “descentralización de los ingresos”, argumenta.
Según Galbraith estamos a las puertas de una nueva era en la banca, la de la banca de Internet. Si esta nueva era, da lugar a la Internet de las transacciones, será “un logro muy importante”, como él mismo concluye. Sin embargo, habrá que ver hasta qué punto el sistema financiero y la banca están dispuestos a ceder para que lo que Galbraith ha llamado la “columna vertebral” de esta nueva Internet, sea lo más robusta posible, algo que obligatoriamente pasa por reconocer la innovación que ha traído consigo la cadena de bloques pública de Bitcoin. Y no solo eso, también estar dispuestos a aceptarla con todas sus consecuencias.
Fuente: Medium [3]
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