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5 razones por las que los tipos de interés negativos son malos para sus ahorros (1)

(OroyFinanzas.com) – Los tipos negativos de interés son algo inédito en la historia económica mundial, y potencialmente más peligrosos y dañinos que los actuales tipos de referencia de los bancos centrales, situados artificialmente en casi cero. Aunque a corto plazo, puedan surtir el efecto deseado un uso generalizado de los mismos tendría consecuencias desastrosas.

En EE.UU., los debates sobre los tipos de interés [1]llevan bastante tiempo girando a una posible subida de los mismos que, de llevarse a cabo, terminarían con las políticas económicas de expansión monetaria –tales como la flexibilización cuantitativa (Quantitative Easing-QE) [2], el ZIRP (Zero Interest Rate Policy) [3] o la Operación Twist [4]-, iniciadas tras la crisis de 2008, por la Federal Reserve-Fed [5](Banco Central de EE.UU.). De esta forma, la actual política de tipos cercanos a cero –ZIRP, por sus siglas en inglés- llegaría a su fin. Sin embargo, el cambio no sólo podría manifestarse subiendo los tipos de interés, que es la opción mayoritariamente contemplada, también existe la posibilidad de bajarlos por debajo de cero y establecer tipos negativos de interés par seguir ampliando una política monetaria laxa que nunca se había probado en EE.UU. Si las consecuencias perjudiciales de una subida de tipos ya las señalamos en Oroyfinanzas.com [6], en este artículo vamos a analizar 10 consecuencias muy negativas y previsibles de adoptarse –y generalizarse- esta segunda medida.

¿Qué piensa la Fed de los tipos negativos?

La actual presidenta de la Fed, Janet Yallen, se manifestó abiertamente en 2010 como firme partidaria de los tipos negativos de interés, “si fuera positivo adoptar una política de tipos negativos, yo votaría por ello”. En el artículo de Smaulgld [7]donde se leía el comentario pronunciado por Yellen, había un ocurrente comentario al respecto, vaticinando que, en un futuro, “habremos pasado de unas políticas de bajos tipos de interés promovida por Alan Greenspan, a la política de tipos de interés cero de Ben Bernanke, hasta culminar con los tipos de interés negativos de Janet Yellen”. Y lo cierto es que mientras la subida de tipos no llega a materializarse [8], cada vez es más frecuente encontrar declaraciones de funcionarios de la Fed en torno a los tipos negativos de interés, colándose incluso dentro de los debates surgidos en las reuniones del el Comite Federal de Mercado Abierrto de la Fed (el Federal Open Market Committee-FOMC)  [9]que es el organo que decide los tipos o en discursos oficiales pronunciados por funcionarios de la Fed.

¿Por qué atrae a las autoridades los tipos negativos de interés?

Los bancos centrales son propensos a utilizar “herramientas” que les permita intervenir artificialmente en los mercados y obtener así, lo que consideran que son los resultados deseados. Por tanto, si los tipos muy bajos de interés son deseables, ¿qué puede ser mejor que incidir en la medida bajando aún más los tipos hasta cruzar el umbral negativo? Y aún más seductor, ¿hasta dónde pueden llegar los tipos de interés negativos? [10]

Las políticas de tipos bajos o negativos estimulan el gasto porque el dinero es más barato de obtener y más caro de mantener. El dinero barato alienta el consumo, aumentando la demanda de bienes y servicios. Y es el aumento de esta demanda donde los economistas keynesianos, creen que se encuentra la clave de una economía funcional. Suiza [11], Suecia [12] o Dinamarca [13], son tres naciones pioneras que han dirigido sus políticas por esta senda inexplorada. Y, aunque a corto plazo, los tipos negativos de interés pueden surtir el efecto deseado, son el germen que podría generar problemas muy agudos en el futuro.

A continuación analizaremos 10 características o consecuencias que pueden generar estas políticas de tipos negativos.

  1. Los tipos de interés negativos son un robo manifiesto aunque sea legal

Cuanto más tiempo un depositante mantenga su dinero en el banco menos dinero tendrá disponible al retirarlo. A diferencia de contratar una caja de seguridad en el banco –donde guardar oro, plata, joyería o dinero en efectivo-, donde el cliente paga por un servicio, en forma de depósito, las cuentas corrientes no son acuerdos de depósito. Los bancos no almacenan el dinero de los depositantes. Los depósitos bancarios son en realidad préstamos no garantizados del depositante en favor del banco [14]. Y gracias a estos préstamos y en virtud de la reserva fraccionaria [15]de los bancos –establecida por las autoridades-, éstos utilizan los ingresos en cuenta para llevar a buen término sus negocios.

Dado que los bancos sólo surgen a través de licencias administrativas y además son controlados por los gobiernos a través de los bancos centrals o viceversa, este sistema de banca de reserva fraccionaria, sumado a unos tipos negativos establecidos por la autoridad monetaria competente -el banco central de turno-, no es más que una forma legal de robar a los depositantes parte de su dinero todos los meses.

  1. Los tipos de interés negativos perjudican a los ahorradores individuales

Los tipos de interés negativos castigan a todo tipo de ahorradores. A las personas más jóvenes, que pretenden ahorrar dinero para comprar bienes –como coches o casas-, les resultará más difícil hacerlo con tipos negativos. Una situación que los economistas, defensores de esta práctica, asumen como una característica propia de los tipos negativos y no como un defecto. El ahorro no se gasta por definición y, por tanto, no cumple su función de incidir en el consumo para generar inflación [16]y empleo. Además, tampoco ven en la falta de ahorro un impedimento para la compra de bienes. Más bien argumentan que con tipos negativos es más atractivo financiar la compra de una casa en su totalidad, sin necesidad de tener que recurrir a una entrada previa, fruto del ahorro. Es decir, la cultura del ahorro es un viejo concepto del siglo pasado y, ahora los positivo es precisamente lo negativo, en forma de tipos.

Para los ahorradores más veteranos, el impacto de las tipos negativos se traduce en que los jubilados ya no pueden confiar en una renta fija para cubrir sus gastos, porque desaparece con el pago de intereses. Los tipos mantenidos artificialmente bajos ya han diezmado el ahorro de muchos jubilados, que han tenido que tirar del principal de lo ahorrado, porque los intereses no eran lo suficientemente grandes como para financiar sus gastos. Con tipos negativos, esta tendencia se acelerará y la disminución del capital ahorrado será más evidente mes a mes. En este escenario, muchos jubilados, incapaces de cubrir sus necesidades, tendrán que complementar sus ingresos compitiendo en el mercado laboral con los trabajadores más jóvenes, o arriesgar sus ahorros en los mercados de valores.

  1. Los tipos de interés negativos son una recompensa para los deudores

Las personas, empresa o entes endeudados salen ganando. Y cuanto más deuda, más ganancia. En este sentido, los deudores más humildes se verán favorecidos porque sus préstamos ya no cargarán con pagos de intereses onerosos. De hecho, ahora se les pagará por pedir prestado dinero para comprar cosas, lo que supone una gran ayuda, sobre todo si las cosas que compras suben de valor con el tiempo. Para los grandes deudores, cuanto más se endeuden, más ganarán. Las tipos de interés negativos estimulan los préstamos, aumentando la demanda. La previsión es que en este escenario se endeuden más, y los mayores entes endeudados son las naciones soberanas. Si los gobiernos pueden pedir prestado más dinero y encima se les paga por ello, recurrirán a un mayor gasto público para sostener sus políticas e incrementarlas. La reducción del coste de los préstamos hasta niveles negativos elimina cualquier restricción a los gobiernos despilfarradores para seguir aumentando su deuda. Un escenario terrorífico.

  1. Los tipos de interés negativos fomentan el ahorro no productivo.

Unos tipos artificialmente bajos desalientan el ahorro en los bancos porque pagan poco interés. Bajo unos tipos de interés negativos, los depositantes tienen encima que pagar al banco. En tales circunstancias, los depositantes pueden decidir acumular dinero en cajas de seguridad de los bancos y pagar las cuotas anuales (algunos bancos, como JPMorgan, ya han prohibido la celebración de dinero en efectivo en las cajas de seguridad [17], restringiendo esta opción) o guardarlo en efectivo en casa.

Ahorrar dinero en casa no produce intereses pero, al menos, conserva el principal de lo guardado. Además es susceptible de ser robado pero al mismo tiempo surgen iniciativas privadas para solventar este inconveniente. El ahorro en casa es un acto beligerante contra los tipos negativos porque ese dinero no se gasta ni se pone a disposición de los bancos para que puedan prestarlo a terceros.

  1. Los tipos de interés negativos elevan el coste la vivienda

Con tipos de interés negativos, se fomenta el endeudamiento para la compra de activos. El aumento de la demanda de activos que dependen de la financiación, como bienes raíces, hará subir los precios de las viviendas, escapándose la posibilidad de adquirirlas a las familias menos pudientes.

Las personas con las mejores calificaciones de crédito, la parte más rica de la sociedad, más se beneficiarán de los tipos de interés negativos y de la compra de mayor cantidad de inmuebles y valores raíces. Los que tienen menos bienes y calificaciones de crédito más bajas tendrán un acceso limitado o nulo a préstamos con tipos negativos, dando lugar a un menor número de viviendas que se venden a las personas de ingresos bajos y medios y, por tanto, un mayor deterioro en las estadísticas de la propiedad de la vivienda en Estados Unidos.

En el siguiente artículo, analizaremos los otros 5 factores y el escenario económico de instaurarse y generalizarse esta nueva política de tipos negativos de interés.

Fuente: Smaulgld [18]

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