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Cuatro razones para confiar en el oro

(OroyFinanzas.com) – David Fickling cree que las perspectivas futuras en el mercado del oro podrían ser más fuertes ahora de lo previsto meses atrás [1].

Es cierto que hace sólo seis años el oro estaba en boca de todo el mundo, alcanzando un récord de $ 1.900 por onza, y con legión de seguidores que profetizaban el final del actual sistema de dinero fiduciario. Sin embargo, la irrupción de Bitcoin y todo el nuevo ecosistema de las criptomonedas ha ido desarrollándose con fuerza y, a día de hoy, este marketcap ronda los 500.000 millones de dólares, haciendo perder al oro parte de su brillo natural. Sin ir más lejos, el CBOE / Comex Gold Volatility Index, un indicador aproximado de la cantidad de diversión y ganancias disponibles para los comerciantes de metales preciosos tocó un mínimo histórico el mes pasado. Pero hay cuatro razones, expuestas por Fickling, que podrían hacer revertir esta situación

  1. Tipos de interés

Aunque esta razón pareciera ir más en perjuicio del oro que a su favor y así suele esgrimirse cuando los tipos aumentan, para Fickling la verdad no es tan simple. Después de todo, el oro rondaba los $ 1.060 la onza hace dos años cuando la Reserva Federal de EE. UU. comenzó a elevar los tipos en una política de post crisis financiera. Con estas modificaciones al alza de los tipos, el oro se cotiza alrededor de $ 1,248 la onza. Para argumentar su análisis Fickling recurre a los rendimientos del Tesoro estadounidense a 10 años “y se ve claramente como el metal tiende a vender el rumor de los aumentos de tipos, y comprar el hecho”. Cada vez que estos rendimientos han llegado al 2,5 por ciento en los últimos cinco años, el oro se ha recuperado rápidamente. Y en este sentido, “los economistas predicen que la barrera del rendimiento debería romperse en algún momento durante el primer trimestre de 2018”.

  1. Las estaciones por meses

Recurriendo al argumento ya expuesto por Gadfly de que “el oro exhibe una estacionalidad pronunciada”, los meses de enero, febrero, julio y agosto, son los cuatro meses donde el metal tiende a recuperarse con más fuerza y, en promedio, los mejores meses para comprar oro en los últimos 10 años. Así que cualquiera que sea el motivo, Flickling observa un patrón constante “que comienza a convertirse en una profecía autocumplida: las creencias de los comerciantes tienen una forma de impulsar sus órdenes de compra y venta, y en última instancia, repercute en el mercado”.

  1. Sorpresa desagradables

Cuando los buenos tiempos económicos están vigentes, “las personas suelen optar por otro tipo de inversiones, antes que en un metal prehistórico que es un emblema de avaricia”, por eso no resulta extraño que con el buen devenir de los datos macro económicos mundiales, el oro no haya sido tenido en cuenta. Sin embargo, Flickling recuerda que todo llega a su fin “y vale la pena reflexionar sobre lo inesperadamente buenas que han sido últimamente todos estos indicadores”. Y si las expectativas futuras vislumbran una serie de nuevas sorpresas positivas, puede que, de no materializarse “nos lleven a una decepción” con el mismo efecto que producen las resacas producidas por un exceso de bebida ingeridas en un ambiente de fiesta

  1. Un poco de malas noticias del mundo cripto

Y aquí un punto inexcusable del que hemos ido hablando en las últimas fechas, el impacto de las criptomonedas. Para Flickling, “los giros salvajes de Bitcoin podrían ser la chispa para poner en movimiento cualquiera de los factores anteriores”. Dadas las similitudes entre las filosofías de inversión de los fanáticos del oro y los fanáticos del bitcoin, “es difícil no reconocer que el comportamiento del oro se debe a que gran parte del dinero caliente se ha estado convirtiendo en ceros y unos”. Pero nadie sabe cuándo o por qué se romperá la fiebre de bitcoin, pero no es descartable “una catástrofe en el mercado de las criptomonedas”. Si eso sucede, mucho dinero fiduciario que ha aumentado de valor al amparo de las monedas digitales cambiarán rápidamente sus criptomonedas a efectivo, y de ahí a otro supuesto refugio seguro como siempre ha sido el oro. Flickling también recuerda que “los inversores más sobrios también tienden a aferrarse al metal en momentos de pánico como el Brexit o la elección de Donald Trump como presidente de EE.UU.”.

“El oro puede ser una reliquia bárbara, pero las reliquias rara vez son más atractivas para los inversores que cuando están temblando ante el poder de los dioses del mercado”.