(OroyFinanzas.com) – La nueva Estrategia de Seguridad Nacional (NSS) estadounidense, “America First” [1], elaborada en este año 2017, alerta del intento de estas y otras naciones de “construir una gran asociación” de países “revisionistas” a los intereses de EE.UU.
El documento de 55 páginas ha suscitado las reacciones de los países citados en el informe, principalmente Rusia, China e Irán. Los dos primeros son vistos como motores y agitadores clave en el nuevo proceso geopolítico y económico que está en curso y que pretende una mayor integración de los países que componen Eurasia. Si bien el informe se abstiene de calificarlos de “enemigos” para, Beijing el texto es “imprudente” e “irracional” mientras que Moscú, por su parte, destaca el “carácter imperialista” del mismo y lamenta el desprecio estadounidense “por un mundo multipolar”. El tercero señalado, Irán, es descrito como “el estado patrocinador más importante del terrorismo”.
El trasfondo del informe deja entrever la preocupación de los EE.UU por el futuro de su divisa y las maniobras de estos y otros estados por obviar el dólar estadounidense en la actual ecuación del comercio internacional y socavar su importancia como divisa de referencia global. En la cumbre celebrada por los países BRICS, el pasado mes de septiembre en China, el presidente ruso, Vladimir Putin, insistió en “las preocupaciones de los países BRICS sobre la injusticia de la arquitectura financiera y económica mundial que no tiene debidamente en cuenta el creciente peso de las economías emergentes”, y subrayó la necesidad de “superar el dominio excesivo” de un número limitado de divisas utilizadas como reservas. Unas palabras que parecen una clara referencia al dólar estadounidense, que representa casi dos tercios de la moneda de reserva total en todo el mundo y que sigue siendo el punto de referencia que determina el precio de la energía y las materias primas estratégicas.
Rusia y China pioneros en comerciar utilizando sus propias monedas
Rusia y China están comerciando cada vez más, de forma bilateral, en sus propias monedas. Una práctica que, sobre todo se ha consolidado desde las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados occidentales a Rusia, en 2014, por la anexión de la península de Crimea. Desde entonces, se ha logrado implementar una nueva y enorme zona económica para monedas de reserva alternativas, que han logrado obviar al dólar estadounidense. El pasado mes de marzo, el banco central de Rusia abrió su primera oficina en Beijing y Moscú está lanzando su primera venta de bonos estatales por valor de $ 1,000 millones pero denominados en yuanes. Así los rusos muestran el compromiso a largo plazo de una estrategia que pasa por dejar de usar el dólar estadounidense como moneda principal en el comercio mundial. Rusia y China van de la mano en lo que podría denominarse un nuevo sistema de intercambio posterior a Bretton Woods. [2]
Del lado chino, encontramos como recientemente el Sistema de Comercio de Cambios Extranjeros de China (CFETS) anunció el establecimiento de un sistema de pago de yuanes y rublos, dando a entender que sistemas similares, con otras divisas de otros países que integren la Nueva Ruta de la Seda, y otras iniciativas chinas, podrían tener lugar también en un futuro cercano. En OroyFinanzas.com hemos recogido este tipo de negociaciones chinas con países como Pakistán [3]o Irán [4].
Parte de esta estrategia conjunta fue también la decisión China, adoptada en octubre de 2015, de establecer el Sistema de Pagos Internacionales de China (CIPS). El origen de esta medida lo podemos encontrar quizá en el año 2012, cuando Washington presionó a SWIFT para que bloqueara internacionalmente las actividades de los bancos iraníes, congelando, además más de $ 100 mil millones en activos iraníes en el extranjero, y condicionando el potencial de Teherán para exportar su petróleo. CIPS tiene un acuerdo de cooperación con el sistema de compensación bancaria internacional SWIFT así que, en caso de que Washington decida imponer sanciones a China, la compensación bancaria a través de CIPS funcionaría como un mecanismo inmune a cualquier tipo de sanción impuesta de facto.
En la segunda parte de este artículo incidiremos en otras posibilidades que podrían también materializarse y como el oro podría tener cabida en este nuevo escenario descrito. El oro o un mayor desarrollo de iniciativas relacionadas con el petróleo y otras materias primas que podrían también llegar a comerciarse en yuanes, socavando aún más la figura del petrodólar [5].