(OroyFinanzas.com) – Estos productos vinculados al oro, lanzados el pasado mes de octubre por las autoridades turcas, no han logrado cumplir con las expectativas de incorporar miles de toneladas de oro a la economía del país.
El pasado mes de septiembre, informábamos sobre las intenciones del gobierno turco de emitir bonos de oro y certificados de alquiler para tratar de captar el ahorro en oro de sus ciudadanos [1] e introducirlo en la economía del país. Mehmet Simsek, viceprimer ministro turco, calculaba que unas 2.200 toneladas –valoradas entonces en 86.000 millones de dólares- serían susceptibles de incorporarse a las medidas. Con esta iniciativa, Turquía se unía a proyectos similares desarrolladas en la India [2]o proyectadas en Rusia [3]para tratar de dinamizar su mercado interno de oro e introducirlo en el sistema financiero.
Sin embargo, la reacción de los ciudadanos turcos a los bonos respaldados por oro está siendo tibia. Según el viceprimer ministro Mehmet Simsek [4], en el primer mes después de su emisión, se recogieron alrededor de 2,5 toneladas de oro en manos de poseedores privados, lo que representa menos del 0,1% del oro que permanece en los hogares turcos. La respuesta poco entusiasta de la población no ha disuadido al gobierno de continuar por la misma senda porque Simsek ha anunciado que continuará con la misma política e incluso aumentará el marketing y publicidad institucional.
Los motivos de esta desafección a la iniciativa gubernamental son varios. En primer lugar, a los turcos les gusta tener su oro físico en casa como manifiesta un entrevistado que planea casarse pronto y que probablemente recibirá una gran cantidad de monedas de oro de como regalo de boda y que expresa sin paliativos su nulo interés por los bonos respaldados en oro, “ debido a mis dudas sobre el futuro del país y la industria bancaria, yo soy de los que quiero tener mi oro a mano”. Y por otro, la crisis financiera e hiperinflación del país en el pasado han provocado una desconfianza extendida en la lira, que continúa depreciándose frente a las principales divisas a la par de las relaciones de Turquía con Estados Unidos y Europa. Y este recuerdo pasado no hace más que acentuar la sensación de que el oro guardado “debajo del colchón” es una buena forma de proteger la riqueza.