(OroyFinanzas.com) – Las posibles nuevas sanciones económicas impulsadas por EE.UU contra Irán podrían no ser tan eficaces como las anteriores.
Irán está en el radar de los EE.UU. como en su momento también estuvo Iraq. Sin embargo, el régimen iraquí logro eludir la última ronda de las sanciones utilizando el oro como herramienta. ¿Ha aprendido Irán de la experiencia de sus vecinos?
En este artículo de JP Koning [1], encontramos el origen de las sanciones contra Irán y la evolución de las mismas en el tiempo hasta llegar a la firma del acuerdo de 2015, que ahora la Administración Trump quiere deshacer. Y mañana señalaremos cómo la entrada del oro en la ecuación sirvió para cambiar completamente el escenario y logró evitar las sanciones impuestas. El plan trazado por el comerciante de oro Reza Zarrab y algunos funcionarios de Halkbank -un banco estatal turco- tuvieron éxito hasta su detención. Y han mostrado un camino que podría repetirse en el futuro.
Las primeras sanciones económicas aplicadas por EE.UU. a Irán vienen del año 2010 y ya apuntaban al sistema monetario iraní. Los bancos estadounidenses eran susceptibles de fuertes multas si no seguían las directrices gubernamentales y eludían de alguna forma las medidas adoptadas contra Irán. Los bancos estadounidenses compartieron esta responsabilidad con los bancos extranjeros y amenazaron a sus clientes con las consecuencias de saltarse las sanciones y permitir pagos iraníes. Y muchos siguieron las directivas. Entre ser aislados del sistema de pagos en los EE.UU. y perder una gran parte del negocio o prescindir del pequeño mercado iraní la elección estaba clara.
Una excepción tenía que ver con las exportaciones del petróleo iraní. Grandes importadores del crudo persa como Japón, Corea, Turquía, India o China lograron obtener para sus bancos una exención temporal de las sanciones bancarias de los EE. UU. Tras lograrlo, los bancos en estos países podrían seguir facilitando pagos relacionados con el petróleo iraní sin el temor de verse excluidos del sistema de pagos basado en el dólar. Es verdad que las exportaciones de petróleo de Irán cayeron, pero nunca se detuvieron del todo. Una cosa es tratar de privar a Irán de los ingresos del petróleo, con el argumento de que podrían ser utilizados para fabricar armas nucleares, pero forzar a los países citados y otros aliados a buscar nuevos proveedores en el mercado es un tanto excesivo. De ahí el éxito de esta solución equilibrada.
Sin embargo, La Ley de Reducción de Amenaza de Irán y la Ley de Derechos Humanos de Siria de 2012 (TRA) apretó un poco más la tuerca de las sanciones. Con el TRA en vigor, Irán no podía repatriar los fondos acumulados por venta de petróleo y gas que se estaban acumulando en bancos extranjeros en países como Turquía o Japón. Cualquier banco que repatriara este dinero a Irán, sería susceptible de sanciones y perderíasu conexión con el sistema bancario estadounidense.
La incapacidad de desbloquear estos fondos creó un serio inconveniente para Irán. Ingentes cantidades de yenes japoneses, rupias indias, yuan chino o la lira turca, se acumulaban en el extranjero y ahí permanecía. Irán aún podría comprar bienes y servicios exentos de sanciones, como alimentos o medicinas, pero ninguno de estos países ofertaba todo lo necesario para poder dejar el saldo a cero. Así que, en realidad, esos fondos eran una especie de dinero muerto.
Así que, finalmente, el bloqueo monetario que comenzó en 2010 podemos decir que logró sus objetivos. Irán se vio obligado a pasar a la mesa de negociaciones y en 2015 se firmó el acuerdo nuclear con Irán. Sin embargo, como hemos señalado, ahora EE.UU. denuncia el acuerdo y aboga por imponer nuevas sanciones. La gran diferencia ahora es que el apoyo internacional ya no es unánime. Si las anteriores sanciones contaron con el apoyo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, incluidos China y Rusia, la decisión de Trump le deja sólo y esta falta de consenso debilita la eficacia de las sanciones. India, por ejemplo, ya ha anunciado que no cumplirá con las sanciones porque no están bajo mandato de la ONU aunque es probable que la mayoría de los bancos indios cumplan por el temor de ser excluidos del sistema de pagos basado en dólares.
Sin embargo, sí es posible que otros países que no tienen un gran mercado en EE.UU. puedan apostar por satisfacer las necesidades iraníes y volcar ahí su actividad. Habrá que ver si el medio utilizado es el oro, euros, bitcoins o una moneda nacional tan prometedora como el yuan chino. Sin embargo, como veremos mañana el oro ya ha realizdo esta función con éxito y de consolidarse esta opción, una nueva ronda de sanciones contra Irán puede no ser tan efectiva y podría incluso en entredicho el papel dominante del dólar como medio de intercambio global.