(OroyFinanzas.com) – Las sanciones contra Rusia han logrado un efecto colateral en las reservas del banco central de país. Con el decidido apoyo del presidente Vladimir Putin, el banco central ha apostado con fuerza por el oro, unas compras que se remontan de forma constante durante la última década. El motivo de este interés por el oro no ha sido otro que las sanciones impuestas a las entidades rusas, acentuadas desde la anexión rusa de Crimea en 2014. [1]
En 2018, las compras de Rusia aumentaron aún más al tiempo que las tenencias de dólares estadounidenses han ido menguando en el balance ruso hasta ser casi inexistentes. Así, durante el pasado año, el banco central compró 8,8 millones de onzas [2], superando el récord de 7,2 millones de onzas establecido en 2017. De esta forma, Rusia ocupa la quinta plaza entre los bancos centrales que más oro poseen en sus reservas, sólo por detrás de EE.UU., Alemania, Francia e Italia. China ocupa el sexto lugar, justo después de Rusia
Fuentes de la industria coinciden también en que una de las razones por las que el banco central de Rusia estaba apostando por el oro es debida a las sanciones de Estados Unidos porque el oro, no puede ser congelado o incluido en ninguna lista negra. El pasado mes de mayo, incidiendo en esta idea, el presidente Putin señaló que “el monopolio del dólar estadounidense no es lo suficientemente confiable”, añadiendo que esta situación “es peligrosa para muchos”.
Entre la estrategia rusa está la compra de la producción nacional de oro a los bancos comerciales aunque el volumen exacto de las compras es un secreto de estado. Así que mientras el banco central ruso compra una parte significativa de la producción nacional de oro de Rusia, también se está fomentando la industria minera de oro en el país para aumentar la producción aunque lo hace a un ritmo más lento que las compras totales rusas.