Junto al ataque continuo y descarado contra la autoridad monetaria, España pretende seguir estando “en el corazón de Europa”; pretende querer ser una voz autorizada y un socio poderoso frente a países que, mejor ó peor, cumplen con sus compromisos.
Los controles de precios, al contrario de lo que sus ideólogos intervencionistas proponen, son disparates económicos ya que cualquier legislación de precio mínimo ó máximo conduce inexorablemente a la creación de un mercado negro.
Es innegable el efecto que las políticas monetarias fuertemente expansivas tienen sobre los mercados mundiales de alimentos desde hace cinco años.
La insostenible situación de la financiación de España ha provocado una fuga de capitales de 163.185,9 millones de euros a fecha de 31 de Mayo, dejando en una situación complicada a la Bolsa española y en la cual sólo tres valores mueven cerca del 70 por ciento de la negociación diaria.
Las entidades de crédito dirigieron sus préstamos al Estado y secaron el grifo del crédito al sector privado, obteniendo por ello una atractiva rentabilidad en el marco de una inversión que se presumía segura y que con el paso del tiempo se ha visto que no.
El Gobierno y las autoridades económicas españolas han caído en una trampa dialéctica de agitación y propaganda contra el Banco Central Europeo, el cual carga cuan chivo expiatorio con la culpa de que la prima de riesgo esté desbocada.
La evidencia empírica disponible muestra que los procesos reequilibradores del presupuesto basados en los ingresos más que en los gastos están condenados al fracaso. Sólo si se reduce de forma sustancial el peso del Estado en la economía, el presupuesto podrá equilibrarse.
Finlandia, Dinamarca y Holanda piden abiertamente la salida del Euro para no seguir pagando nuestros despilfarros, negándose a apoyar el fondo de rescate. Esto indica hasta qué punto en estos países existe una conciencia fundada y clarividente de que España forma parte de un club de países que viven a costa de los demás.
Las cumbres europeas que tratan de “salvar el Euro” se cuentan ya por decenas desde aquella que se celebró a principios de Mayo de 2010 y en la cual se dio por zanjado el problema “momentáneo” de liquidez por el que atravesaba Grecia.
