(OroyFinanzas.com) – La historia, hasta la actualidad, de la moneda electrónica Bitcoin es demasiado bonita como para que continúe ni un minuto más sin que las autoridades reguladoras de los Estados Unidos hayan puesto sus garras encima. La voluntad de intervenir y controlar el comercio de esta nueva unidad de cuenta está presente en las últimas informaciones que cuentan la existencia de varios planes de los reguladores financieros para poner coto al uso y producción del Bitcoin.
Bart Chilton, uno de los cinco comisarios regulatorios de la CFTC (Comisión de Comercio de Futuros y Materias Primas) [1] ha hecho unas declaraciones al económico británico Financial Times en las que asegura que “Bitcoin es seguramente algo que debemos explorar”. En este sentido, Chilton subraya que “personas reales pueden tener riesgos reales en estos instrumentos, y necesitamos proteger a los consumidores y a los mercados, incluso en esto que a primera vista, está fuera del circuito de transacciones”.
Desde el mes de marzo, el departamento del Tesoro de los Estados Unidos considera que el comercio con esta divisa se considera como actividades de negocio financiero o servicios financieros. En este sentido, el plan regulatorio incluye la transferencia de información y procedimientos de transparencia monetaria y fiscal.
La creación de Bitcoin hace cuatro años ha abierto un horizonte de posibilidades para nuevos negocios y lanzaderas de empresas. El miedo a una regulación demasiado estricta ha hecho que muchas empresas dedicadas al comercio de Bitcoin se hayan deslocalizado a países como Panamá.
Sin embargo, la regulación nunca llegará a controlar todo el mercado de Bitcoin [2], puesto que es un mercado mundial en plena expansión y con un ámbito de actuación exclusivamente electrónico. A la luz de las autoridades regulatorias, el Bitcoin es considerado como un derivado financiero y, según la Ley Dodd-Frank, la CFTC debería ser el organismo regulador. Sin embargo, existen serias reticencias a este planteamiento. En puridad, la CFTC sólo podría intervenir si se utiliza Bitcoin como subyacente de un derivado financiero. Utilizar Bitcoin como medio de pago no es, en esencia, un contrato de derivados.
En suma, la regulación de Bitcoin esconde un peligroso elemento de control. Es un instrumento que odian las autoridades regulatorias y así lo expresa el señor Chilton: “En esencia, estamos hablando de un tipo de moneda oscura […]”
Fuente: Financial Times [3]
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