(OroyFinanzas.com) – La “explicación” ingenua de Leopoldo Abadía sobre el origen de la crisis económica global le cayó de perlas a los interesados en disfrazar la realidad; tanto, que le llaman “el genial autor de la mejor explicación en castellano sobre la crisis subprime que comenzó en EE.UU.”
Pero esa “explicación” anuncia su candidez desde el nombre que le da a este colapso: crisis subprime. Cierto, la ficción financiera detonó en el mercado hipotecario, pero la megaburbuja crediticia inflada con dinero fiat (falso) ya había detonado otras veces antes: primero, en el mercado bursátil general; y, luego, en el Nasdaq de las dot.coms en el megatruene de abril de 2000 (tras un boom delirante desde 1995). Esa inmensa burbuja de aire caliente la canalizaron entonces los manipuladores financieros al mercado inmobiliario. Esa nueva burbuja (la hipotecaria) aguantó casi otros ocho años, hasta que la fantasía fue ya otra vez insostenible y tronó en el verano de 2007.
Y aquí es donde, según Abadía y demás inocentes, comenzó todo. ¡Cuando ya había décadas de historia!
La “explicación” de Abadía dice que los “culpables” fueron los ninjas (gente sin ingresos, empleo ni ahorros: No Incomes, No Jobs, No Assets), que tomaron préstamos hipotecarios más allá de sus posibilidades reales. Luego, obviamente, no pudieron pagar y ahí se cayó todo. Tan tan. ¿Simple, no? Demasiado. Simplón, diría yo. Eso es tan absurdo como explicar así el proceso de un embarazo: de pronto (espontánea, mágicamente) se suspende la menstruación, y ahí comienza la gestación. Cierto, se suspende la menstruación y luego sigue la gestación. Es verdad, pero es una media verdad. Porque, ¡¿qué diablos causó la interrupción de la menstruación?!
Esa es la pregunta importante. Pero eso no lo exponen Abadía ni los ene mil “analistas” que bordan el asunto superficialmente. La verdad de un embarazo es que hubo un coito previo. Punto. Por eso este tipo de “explicaciones”, como la de Abadía, que evitan señalar la verdadera causa (una violación salvaje y masiva por parte de los manipuladores financieros globales), son tan gratas a dichos violadores, que esconden la mano después de tirar las piedras.
¿Y los otros actores en el drama? ¿Las hipotecarias que otorgaron dichos préstamos? ¿Los bancos que empaquetaron esas basuras financieras en paquetes de cien o de mil, y las securitizaron? ¿Las calificadoras, que mágicamente concedieron categorías triple AAA a esos bultos tóxicos? ¿Las aseguradoras que dizque “garantizaron” esos papeles? ¿Y los prestidigitadores de Wall Steet, que catapultaron a la estratosfera esos fardos de inmundicias, disfrazados de “instrumentos derivados”?
Todas esas firmas que contribuyeron al megaengaño, pellizcando comisiones a todo lo largo del proceso, ¿no fueron cómplices? ¿Y no fueron las múltiples agencias reguladoras del gobierno de EU quienes nunca notaron nada indebido durante las décadas en que este colosal castillo de naipes financiero se levantaba a la vista de todo el mundo? ¿No fueron las acciones criminales de todas estas firmas privadas y gubernamentales anteriores a la previsible insolvencia de los pobrecitos ninjas, que no jugaron en este vasto fraude más que el papel de tontos útiles?
Y, por encima de todo, lo que posibilitó esta gigantesca estafa, la mayor en la historia humana, ¿no fue el dizque dinero fiat” (dinero ficticio, virtual, inexistente, sin respaldo ni límite alguno), aportado por el Sistema de la Reserva Federal de EE.UU.? ¿No es verdad que este descomunal embuste crediticio que reventó en el verano de 2007 sólo pudo ser posible gracias a la existencia de un flujo inagotable de “dinero” fiat provisto por una Reserva Federal vuelta esquizofrénica sin control desde que en 1971 desligó el dólar del oro, y por tanto cortó sus amarras con el suelo, con la realidad?
¿Por qué las “explicaciones” tipo Abadía no tocan a esos delincuentes corporativos (auténticos enemigos de la humanidad) ni con el pétalo de una rosa? Ellos, no los ninjas, fueron quienes empujaron a la humanidad al hoyo negro que será este Colapso Global.
Guillermo Fárber
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