(OroyFinanzas.com) – Nicolás Cachanosky es uno de los más destacados continuadores de la Escuela Austriaca de Economía en el continente americano. Doctor en Economía y Profesor Adjunto en la Universidad de Suffolk, Boston. Licenciado en Economía por la Universidad Católica Argentina, es Máster en Economía y Ciencias Políticas por la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas ESEADE.
Con anterioridad ha sido profesor de Finanzas Públicas en la UCA (Rosario). Ha publicado artículos académicos en español e inglés en revistas científicas de Estados Unidos y Argentina. Ha recibido premios por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas (Mención Especial a la Tesina de Grado, 2005) o de la Sociedad Mont Pelerin (Hayek Essay Contest, 3rd prize, 2006).
En esta entrevista concedida a Javier Santacruz Cano, el entrevistado muestra su visión acerca del dinero, la política monetaria y sus consecuencias para el sistema económico. De forma especial, esta primera parte trata el concepto de dinero y el análisis del monopolio de emisión de los Bancos Centrales.
(OroyFinanzas.com) -Para usted, ¿qué es el dinero? ¿Qué papel juega el dinero en la sociedad de hoy?
Se entiende por dinero todo bien que sea aceptado de manera generalizada como medio de intercambio. A lo largo de la historia distintos bienes han servido como dinero; ganado, cigarrillos, oro, plata, e incluso la sal de donde proviene la palabra salario. La presencia de dinero permite que una economía abandone el trueque y pueda expandir su tamaño gracias a las facilidades de intercambio que ofrece la presencia de dinero. Si usted es zapatero, ¿se imagina lo difícil que sería comprar una casa o departamento bajo trueque?
Es importante tener en cuenta que el dinero no es una invención por parte de los gobiernos, sino que es un fenómeno emergente del propio proceso de mercado. Este no es un tema menor. Al ser el dinero un proceso de mercado, el mismo se encuentra sujeto a leyes económicas que tienden al equilibrio monetario entre demanda y oferta de dinero. Por ejemplo, cuando el oro funcionaba como moneda el mismo podía ser utilizado para intercambios (valor de uso monetario) o para consumo o usos industriales (valor de uso no monetario). Por lo tanto, si hay un exceso de monedas de oro, los mismos agentes económicos transforman esas monedas en alhajas o instrumentos para uso industrial (valor de uso no monetario.) El proceso se invierte si lo que hay es un faltante de dinero. Claramente esta doble utilidad es una cualidad que no posee el dinero fiat, que son los billetes que usamos hoy día y que no poseen valor de uso no monetario.
También es importante tener presente que distintos bienes tienen distintos grados de aceptación como medio de intercambio, dividiéndose en bienes que poseen mayor o menor grado de “circulareidad.” Esta es una de las características que intentan capturar los agregados monetarios como M0, M1, M2, etc. Nada impide que haya más de una moneda en una misma zona geográfica con similares o distintos grados de liquidez.
El dinero es la contraparte de todo intercambio. Por lo tanto, desequilibrios en el mercado monetario se transfieren a toda la economía en su conjunto. La inflación, por ejemplo, es un problema de desequilibrio monetario de exceso de oferta que altera los precios relativos de la economía. Dado que los precios relativos señalan la escasez relativa de bienes y servicios, los empresarios toman decisiones con información incorrecta
El siguiente ejemplo puede ilustrar los efectos de la inflación. Imagínese que el piloto de un avión representa al empresario en la economía. El empresario no puede observar donde se ubican las curvas de demanda y oferta en el mercado que fácilmente podemos dibujar en el pizarrón. El empresario debe intuir donde se encuentran las curvas de demanda y oferta usando los precios de mercado como guía. El empresario no posee el lujo de observar por la ventanilla del avión, como puede hacer un piloto en la vida real. El empresario, entonces, como un piloto que debe volar leyendo el tablero de comando del avión pero no puede ver por la ventanilla. Si el banco central produce inflación, entonces el empresario debe volar con los indicadores de panel de control enviando datos sesgados, donde cada indicador se corre de su posición correcta a velocidades distintas haciendo difícil, sino imposible, estimar los precios relativos reales. No importa que tan buen piloto sea este empresario, si la información que recibe es incorrecta es muy probable que tome decisiones equivocadas. De allí los altos costos que los desequilibrios monetarios de los bancos centrales imponen en la sociedad.
(OroyFinanzas.com) -La existencia de un monopolio de emisión de moneda, ¿qué consecuencias tiene sobre la economía y especialmente sobre el valor del dinero?
Hoy día existen bancos centrales estatales con un rol monopólico en la emisión de moneda y regular el mercado financiero. La presencia de monopolios de emisión no fue siempre la norma. Basta con mirar atrás en el tiempo para ver que la presencia de moneda precede a la de los bancos centrales; no es que no pueda haber moneda sin bancos centrales, sino que no puede haber, o sería muy complicado instaurar, bancos centrales sin la existencia previa de una moneda en el mercado. Existen numerosos casos de banca libre, como el caso Escocés (1716 – 1845), el Canadiense (1816 – 1935) o el Australiano (1820-1935) entre muchos otros. Las investigaciones sobre estos períodos muestran que un sistema competitivo de banca libre es de hecho más estable y protege mejor el valor de la moneda que sistemas menos libres como lo eran el Inglés y el Norteamericano.
Los bancos centrales deben dividirse en por lo menos dos tipos. Por un lado los bancos centrales bajo patrón oro y por el otro los bancos centrales que emiten notas inconvertibles o dinero fiat, que es lo que utiliza hoy día.
Los bancos centrales bajo patrón oro no emiten activos que sean dinero en sí mismo, sino que emiten sustitutos de dinero. La nota convertible que el banco central emite bajo patrón oro es un título de deuda convertible a la vista al portador. Esto quiere decir que bajo patrón oro los bancos centrales no fijan el precio del oro, del mismo modo que al escribir un cheque no estoy fijando el precio del dólar contra mi cheque. Puede haber numerosos bancos centrales, pero todos los países utilizan la misma moneda, el oro, que no depende de ningún emisor centralizado. Es el oro lo que funciona como dinero y unidad de cuenta, no las notas bancarias. Es un error conceptual categorizar al sistema de patrón oro como un sistema internacional de tipos de cambio fijo. Simplemente no puede haber tipos de cambio donde hay una sola moneda. Puede haber un tipo de cambio entre el oro y la plata, pero no entre notas convertibles en oro de un banco central contra notas convertibles en oro de otro banco central del mismo modo que no hay un tipo de cambio entre dos cheques emitidos por personas distintas pagaderos en la misma moneda. La relación de paridad entre notas bancarias no depende de la demanda y oferta, depende de su ratio de conversión en oro. Lo que se está haciendo es confundir cual de los activos es dinero en sí mismo y cual es un sustituto del dinero.
Sin embargo, la presencia de bancos centrales estatales da lugar a los típicos problemas que son objeto de estudio del public choice; captura de rentas, de poder, etc. Los bancos centrales han sido históricamente utilizados para financiar a los gobiernos de turno. De hecho, como muestra Vera Smith en “The Rational of Central Banking and the Free Banking Alternative” (1936), la historia económica es bastante clara en mostrar como la mayoría de los bancos centrales surgen por problemas fiscales o regulaciones financieras, no por una inestabilidad inherente del sistema bancario. En los hechos, el sistema de patrón oro dejó de funcionar con la Primer Guerra Mundial. El el uso de los bancos centrales por parte de los gobiernos para financiar al tesoro llevó adelante un largo proceso en el cual se reemplazó el oro por el dinero fiat como medio de cambio a principios de la década de 1970.
La consecuencia que tienen los bancos centrales sobre el precio del dinero está a la vista para todo aquel que quiera ver sus efectos. Desde que se abandona el patrón oro, y especialmente desde 1970, las monedas más fuertes del mundo han acelerado notablemente su ritmo de depreciación. A modo de ejemplo, una canasta de bienes que costaba $100 en 1790 tenía un precio de $108 en 1913 (cuando se crea la Fed). Esto equivale a una inflación anual de 0.34%. Una canasta de bienes equivalente costaba $2.422 en 2008.
Esto da una inflación anual de 1.6% anual. Incluso el descubrimiento inesperado de oro en California en 1848 resultó en una inflación anual de 1.5% entre 1849 y 1857. En términos de preservar el valor de la moneda, el patrón oro ha sido muy superior, a pesar de sus limitaciones, al desempeño de bancos centrales dirigidos por economistas técnicos y profesionales en materia monetaria. La mal llamada anarquía de mercado es más eficiente que el control centralizado tanto en el mercado real como en el mercado monetario.
En la próxima entrega, Nicolás Cachanosky aportará sus ideas para cambiar el actual sistema monetario y analizará las consecuencias de la política monetaria que se está instrumentando en la actualidad.
Este artículo forma parte de una serie de entrevistas semanales con los economistas mas destacados de España y Latinoamérica sobre el dinero, la política monetaria y el sistema financiero. Para leer las otras entrevistas actualizaremos esta página todas las semanas “Entrevistas sobre el dinero, la política monetaria y el sistema financiero“.
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