El patrón oro sí servía como sistema que preservaba el poder de compra del dinero, mientras que las reglas inflacionistas actuales, en el mejor de los casos, consiguen una tasa reducida de inflación pero con el coste de seguir sobre-emitiendo liquidez en la economía, deteriorando el valor de la moneda a medio y largo plazo.
Se piensa que los bancos centrales siempre existieron como los conocemos hoy y, es más, que siempre fueron entes públicos. Nada de eso. Su creación es moderna y su nacionalización no se produjo hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Juan Castañeda explica la necesidad de limitar la expansión monetaria y los peligros de permitirle discreción a los banqueros centrales.
Las objeciones contra el patrón oro no deben buscarse en sesudos argumentos teóricos, sino en la arrogancia de los intelectuales y en los conocidos intereses del Gobierno, de la banca y de una población pródiga en exceso por abusar del endeudamiento barato.
A lo largo de la historia, todas las monedas acuñadas por orden de un gobernante, sin respaldo ni patrón, han acabado por desaparecer. Las divisas con las que ahora comerciamos también van a desaparecer. Es inevitable. Estamos condenados a repetir nuestros errores.
‘El oro es la divisa internacional por excelencia, es un activo monetario, en cualquier parte del mundo se entiende que quien tiene oro tiene dinero’.
El balance de la Reserva Federal muestra más de 11.000 millones de dólares en oro. Sin embargo, el banco central estadounidense admite que no posee onzas, tan sólo “certificados”.
El 15 de agosto de 1971 un tal Richard Nixon presidente de los EEUU desvinculó al dólar de su respaldo en oro. Este hecho tuvo una importancia crucial en el devenir de la economía posterior hasta desembocar en la megacrisis que soportamos hoy.
Nadie ha establecido las poderosas implicancias entre la guerra de Vietnam, el fin de los acuerdos de Bretton Woods y la inconvertibilidad del dólar en oro.
“Suecia está al borde de enseñar al mundo cómo los sistemas monetarios existen para ayudarnos y no para danzar alrededor de tótems absurdos como el patrón oro o el dinero en metálico”, afirma el economista Jesús Fernández-Villaverde.
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La teoría austríaca del ciclo económico sostiene que al tener los bancos centrales el monopolio de emitir moneda de curso legal, las posibilidades de crear dinero basado en deuda se multiplican. Y que una expansión “artificial” del crédito, es decir, no respaldada por ahorro voluntario previo, tiende a crear un falso auge económico.
Los que se han adherido de una u otra forma a @spanishrevolution son aquellos que albergan el sueño de un mundo más honesto, más humano. Un mundo que recupere el ideal de progreso indefinido y la fe en el ser humano, que se perdió definitivamente en Europa después de la 1º Guerra Mundial.
Las previsiones del Banco Mundial prevén que en menos de 15 años veremos el fin del patrón dólar. Forbes, cree que se establecerá un patrón oro en los próximos 5 años. Su visión difiere de la anterior, si bien todo el mundo parece ponerse de acuerdo en una cosa: el dólar como referencia está muerto.
