Los factores que han llevado al oro a un máximo nominal histórico en 2010 parece que se mantendrán y cabe esperar rentabilidades positivas por undécimo año consecutivo. Los bancos centrales se han convertido en compradores netos por primera vez en dos décadas en 2010, especialmente los de las economías emergentes como China y la India.
Se prevé que las expectativas de que la crisis de deuda en la zona euro pueda empeorar, las preocupaciones sobre la potencial inflación en las economías emergentes y una creciente atención en el déficit estadounidense, mantengan alta la demanda de oro de inversión.
El precio del oro en euros cierra la primera década del siglo XXI, cotizando en máximos. La onza troy (31,1 gramos) alcanzaba esta mañana máximos de 1.071€. La plata de igual forma se ve favorecida por la demanda de inversión, cotizando en la actualidad por encima de los 30 dólares la onza.
A pesar de que el precio del oro desde 2002, ha experimentado una subida desde los 250 dólares la onza hasta los 1.400 en los que cotiza en la actualidad, no se puede obviar el hecho de que la producción de oro se encuentra estancada en alrededor de 2.500 toneladas anuales desde entonces.
Siempre se ha conocido al ORO como enemigo principal de los Bancos Centrales porque es una unidad de medida real de riqueza, ha sobrevivido mostrando un valor real durante miles de años, ha sobrevivido a la creación, desarrollo, abuso y posterior desaparición de TODAS las monedas creadas por los gobiernos.
El pasado 6 de diciembre cerró en 1.423 dólares y en 2010 se ha revalorizado más de un 25%. Sólo entre finales de julio y principios de noviembre la cotización del oro aumento, al menos, 270 dólares. En los últimos doces meses el oro se ha alimentado de la desconfianza en los mercados, la debilidad del dólar, las presiones inflacionistas.
La cotización del oro se mantiene estable respaldada por un retroceso del dólar frente al euro y por las persistentes preocupaciones sobre los niveles de la deuda soberana en la zona euro después de que Moody’s recortara la calificación de crédito de Irlanda.
Ron Paul es un seguidor de la escuela austriaca de economía. Cree firmemente en la vuelta al patrón oro y en la no interferencia del Estado en la economía. Un discurso realmente revolucionario en estos tiempos de zozobra.
Con las expectativas de una mayor caída del dólar y los temores inflacionistas tanto en el mundo desarrollado como emergente, el Bank of America-Merrill Lynch espera que el precio del oro amplíe las ganancias de este año para alcanzar un máximo de US$1.500 la onza el próximo año.
Sólo este año el oro acumula ganancias del 26%; la plata, del 6%; el petróleo, un 8% y el trigo y el maíz se han revalorizado más del 26%, respectivamente. El inversor podría pensar que la opción más racional es deshacer posiciones y recoger beneficios en estos activos, pero la expectativa de inflación dice todo lo contrario.
Descontada a priori una nueva vuelta al patrón oro (Gold Standard), sistema erróneo y por ello fracasado, cabe preguntarse, ¿podría el oro volver a jugar un papel trascendente en un potencial futuro nuevo orden financiero y económico mundial distinto, si bien, distinto al patrón oro?
La caída del dólar, está provocando una escalada imparable en el precio del oro y del petróleo, que se encuentran marcando nuevos máximos. En el caso del oro alrededor de los 1.400 dólares y en el del barril de crudo, a valores de hace dos años, por encima de los 90 dólares.
El precio del oro finalizaba la semana superando nuevamente la barrera de los 1.400 dólares la onza, debido al debilitamiento del dólar como consecuencia de los malos datos de empleo de los EEUU que se sitúan cercanos al 10%.
